"Karl Marx entendió la pobreza, como un problema social que provenía directamente del sistema socioeconómico, que está relacionado con las relaciones de producción capitalistas y la acumulación de la riqueza en unas pocas manos". (Ardiles, 2008, p. 134).
Marx señaló que, si bien el hombre es un individuo activo, requiere agruparse en clases sociales para conformar una división social de trabajo. Las clases sociales se configuran con base en la propiedad de los medios de producción, por tanto, se tienen:
A partir de ello, surge una lucha de clases derivada de la explotación. Para generar cambios sociales, se deben considerar las relaciones económicas y productivas, así como los valores, normas e ideas.
Durkheim, señaló la existencia de fenómenos sociales, definidos como hechos sociales, producidos por la propia sociedad como un todo y caracterizados por la generalidad y la coacción (a partir de normas jurídicas y morales, Radcliffe-Brown).
Para lograr un orden social, son necesarias las instituciones que coadyuven en la cohesión social y la solidaridad. De esta forma cada institución cumple una función social, que le permite tener efectos positivos dentro de una sociedad, contribuyendo a su propia estabilidad y orden social.
Cada sociedad presenta una división social del trabajo, por lo que es menester de las instituciones generar relaciones armónicas y de solidaridad, que deriven en una dependencia mutua entre los miembros que la integran, ya que cada uno de ellos tiene una función (rol social).
Malinowski indicó que es deber de las instituciones satisfacer necesidades básicas individuales, como la alimentación o la seguridad.
Talcott Parsons, desarrolló un modelo basado en la concepción de un sistema, donde la acción social se compone de subsistemas en el ámbito cultural, conductual y de la personalidad de los individuos, para lograr la adaptación, integración y conservación de patrones/roles.
El funcionalismo, por tanto, establece que la pobreza es un hecho social que no se gesta por voluntad de las personas, es decir, no se genera conscientemente. En este sentido, es obligación de las instituciones atenderla, dado que la pobreza provoca desigualdades sociales que irrumpen con las relaciones armónicas de la sociedad, derivando en una ruptura de la división social del trabajo.
Corriente teórica homogénea, que centra su postura en la estructura, la cual se considera como una organización estable e inmutable, donde sus elementos no cambian, son permanentes y sus propiedades constantes. Los individuos que integran dicha estructura se les denomina "hombre organizacional", los cuales desempeñan un rol en cada una de las organizaciones donde se desenvuelven.
El hombre en su ámbito social tiene un rol, estatus y función. El rol es el comportamiento que la sociedad espera de ese individuo, acorde al estatus que tiene y las funciones que lleva a cabo. El estatus es la posición que ocupa el individuo dentro de la sociedad. La función social son las acciones que lleva a cabo el individuo para satisfacer las necesidades de la sociedad.
Ahora bien, los elementos que integran a la estructura están intrínsecamente vinculados en una interdependencia, a través de un sistema. Por tanto, los elementos que conforman la estructura no pueden ser comprendidos de manera aislada, por el contrario, tienen que analizarse de manera conjunta como un todo. Cada individuo de la sociedad, de hecho, es un elemento dentro de la estructura.
A diferencia del funcionalismo, el estructuralismo plantea que más allá de centrarnos en los hechos sociales, debemos situarnos en la acción social, es decir, cómo generar cambios a partir de las ideas, valores o creencias.
Para Weber, las estructuras sociales se forman a partir de una interconexión de acciones, las cuales se encuentran vinculadas en el ámbito político, económico, religioso y cultural.
La pobreza en el estructuralismo se analiza como un todo, cada uno de los elementos que la conforman son vinculantes entre sí. Por lo que la visión es multidimensional, tanto en sus características como en sus efectos.
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